Sanar con amor

Después de noches de llanto y pensamientos constantes en los cuales culpé mi manera de actuar, después de preguntar a mis seres queridos si yo actué mal, después de mis dolencias físicas y mentales puedo concluir lo siguiente:

En primer lugar, siempre actué desde el amor, cada vez que me escribía y hablaba interpretaba eso como una muestra de su interés, cada vez que me decía que me quería y admiraba, realmente lo creía, fueron muchos años en los cuales en silencio lo seguía y ahora que tuve la oportunidad de acercarme, lo tomé.

Trate de ser prudente, le puse freno a mis emociones y expectativas en incontables ocasiones, fluía con calma y no pedía nada, ni siquiera exigía que respetaras mi espacio, me encariñe. No suelo hablar con muchas personas, pero hablo mucho, por eso disfrutaba de la atención que me daba, me hacía sentir querida y entendida, de alguna manera sabía que podía hablar de mis dolencias sin que me juzgaran, eso fue para mí importante; pues el sentirnos escuchados también es un acto de amor.

Pase por alto múltiples cosas, la irresponsabilidad sobre sus palabras, la falta de sinceridad, la conveniencia de sus actos, sin embargo, después de lo acontecido, la vida me grito a la cara que no puedo continuar viviendo de esta manera, le he dado mucho amor a quien solo quiere atención y eso es una falta de respeto a mí misma, le abro las puertas de mi casa a extraños porque creo que ellos actuarían de la misma manera y solo me olvidan cuando estoy vulnerable.

Entendí que la amistad es más que escuchar, es también saber estar y saber ser, entendí que las palabras tienen peso y debemos usarlas con cautela para evitar dañar, entender que si dices “te quiero” debe ser un “te quiero”, si dices “no” es “no, pero si dices “confía en mí” tienes que saber ejercer esa virtud, tal y como Rosario Castellanos mencionaba:

"No me mientas en la cara. Yo voy a creer todo lo que tú me digas. Tomo cada una de tus palabras como si fuera la verdad... Lo único que te pido a cambio es que, cuando hables conmigo, cuides tus palabras. Que tus palabras sean justas. Que sean del tamaño de tus sentimientos"

Por otro lado, entendí que no puedo vivir culpándome del actuar de los demás, soy responsable de mí y mis acciones pero no de lo que el otro hace; esa es y será siempre su responsabilidad, porque llevo años creyendo que si alguien me grita, lo merezco y no, no es así, pensaba erróneamente que si alguien me agredía era porque yo lo provocaba pero simplemente es que nunca aprendí a defenderme, también que si alguien me ignoraba era porque yo había malinterpretado la relación que teníamos y que sólo en mi mente existía ese lazo, pero no, le reste responsabilidad a las personas cada que me lastimaban y ahora estoy ahogándome en culpas que no me corresponden.

Esa noche al verme sola gritando y llorando por la calle, sentí una inmensa impotencia, coraje y desesperación porque a pesar de saber que siempre he estado sola, no quería estarlo, pese a saber que soy fuerte e independiente quería a alguien a mi lado, no porque pueda ser lo anterior significa que tenga que soportarlo.

Si bien mi actuar no fue el mejor, no fue del todo mi culpa, no apagas el fuego empleando gasolina o solventes, fui agredida y agresiva lo acepto, mi mente y cuerpo actuaron con lo que tuvieron. No quiero culpables, sólo quiero sanar con amor lo que con amor inicio.

Pensé que mi amor podría salvarme y el amor de quienes me aman, sin embargo, la constante pregunta de ¿por qué me pesa tanto el rechazo?, ronda una y otra vez, tal vez sea mi ego herido, quizá el rechazo que viví en el pasado me persigue en la actualidad como un fantasma.

Pero que es un fantasma;

"Un evento terrible condenado a repetirse una y otra vez, un instante de dolor, quizás, algo muerto que parece por momentos vivo aún. Un sentimiento, suspendido en el tiempo, como una fotografía borrosa, como un insecto atrapado en ámbar, un fantasma, eso soy yo"

Eso somos todos, fragmentos de fantasmas. Tal vez sea el miedo a estar sola el que me lleva a repetir patrones que terminan en situaciones similares, ante esta aseveración pensé en ¿por qué me dejan sola aún sabiendo como estoy?, quisiera que no me importara, desearía no sentirme culpable, pero, en ocasiones la mente nos miente y creemos que el caos es causado por nosotros, no obstante, el caos y la paz, esa dualidad siempre es causal y requiere de más elementos para llegar.

Finalmente, el culparme por mi impulsividad y creer que las personas tienen repele por mí ha desencadenado una serie de acciones encabezadas por silenciar lo que siento, reprimir mis emociones, hacerme pequeña para que otros disfruten de ese espacio que me pertenece y justificar sus acciones lo cual, me ha llevado a colapsar en múltiples ocasiones. Porque siendo honesta, he controlado mis impulsos y únicamente cuando he sido gravemente herida se ha manifestado, como en esa ocasión. Respecto a creer que soy una persona deleznable, tengo ahora una percepción un poco distorsionada, no obstante, la vida me ha demostrado con acciones y relaciones saludables que no hay blancos o negros, buenos o malos somos matices, pero, lo más importante, somos humanos.


Referencias:

  • Castellanos, Rosario (2017). "Los adioses"
  • Del Toro, Guillermo (2001). "El espinazo del diablo"

Comentarios

Entradas populares